¿A qué edad decidiste que el mundo no era un lugar seguro para ti?
La falta de seguridad en ti mismo proviene de una sola creencia: la creencia de que tienes que protegerte del mundo. Esta creencia se formó en ti el día en que naciste, o quizá antes, cuando estabas en el vientre de tu madre y, por alguna razón, ella experimentó (y te lo transmitió a través de sus propios pensamientos y emociones) que el mundo o tu casa eran un lugar peligroso para ella o para ti.
Veamos algunos ejemplos de situaciones a través de las cuales fuiste perdiendo el sentido de seguridad y confianza en ti mismo:
• La primera vez que expresaste tus emociones y recibiste un buen regaño por ello.
• La primera vez que no obtuviste lo que querías y sentiste frustración, decepción o tristeza.
• La primera vez que te mostraste ante el mundo tan hermoso, intenso, abierto, ruidoso y diferente como eras y te encontraste con críticas, rechazos y juicios.
• La primera vez que hiciste algo que requería mucho valor de tu parte y te dijeron que no debías hacerlo, que era peligroso, que estabas loco o que estabas actuando en contra de todo lo que tu familia o la sociedad esperaba de ti.
• La primera vez que decidiste amar a alguien y ese alguien te rechazó, te abandonó, te engañó o te decepcionó en cualquier forma.
• La primera vez que escuchaste que no podías ser, hacer o tener algo porque no había suficiente dinero o que “el dinero no crece en los árboles” o que tenías que “ser alguien en la vida”.
• La primera vez que tuviste dinero y nadie te explicó qué hacer con él o te criticaron o se burlaron de ti por tener dinero.
En todas esas ocasiones, tú aprendiste un mecanismo de defensa inconsciente que se llama “levantar tus barreras” y, desde entonces, el niño en tu interior (ese niño que experimentó por primera vez el rechazo, la crítica, el abandono, la carencia o la decepción y que comúnmente se llama “subconsciente”) es el encargado de mantener tus barreras energéticas arriba a fin de protegerte de todas las emociones dolorosas que esas situaciones causaron o podrían causar en ti si volvieran a presentarse.
Esas barreras energéticas están formadas por una serie de creencias y emociones como: “no soy suficientemente bueno” (lo cual impide que creas en ti en el momento en que intentas algo), “toda la gente me ve raro” (lo que impide que te muestres ante los demás tal como eres), “si abro mi corazón me van a lastimar” (que te mantiene recreando las mismas relaciones nocivas una y otra vez), “el dinero nunca me alcanza” (que hace que cada vez que tienes dinero, te lo gastes de inmediato), así como el enojo, el resentimiento, la culpa, los celos, la tristeza y demás emociones que te impiden ser y expresar el verdadero gozo y la verdadera intensidad de ti.
Has aprendido que el mundo es un lugar peligroso para alguien como tú, que vas demasiado rápido para los tiempos de esta realidad, que eres demasiado (demasiado ruidoso, demasiado intenso, demasiado potente, demasiado amoroso), que desear ser, hacer o tener más que los demás es algo egoísta, que estar inconforme con esta realidad es algo malo.
¿Y si te dijera que estar inconforme es un don? Es gracias a gente como tú que todos los días se pregunta “¿qué más es posible?”, que el mundo ha ido evolucionando y encontrando mejores alternativas y todo lo que aún no ha sido creado o descubierto, está esperando a que tú te reconozcas (que vuelvas a conocerte) como la potencia y la presencia agresiva e imparable que realmente eres.
Y seguramente te estás preguntando “¿Cómo le hago? ¿Cómo me convierto en esa potencia y esa presencia agresiva e imparable que realmente soy? ¿Cómo puedo sentirme seguro en un mundo que no hace más que rechazarme?”. Gracias por preguntar. La respuesta es sencilla, pero requiere valor y constancia para hacerlo: Deja de hacerte la víctima. Si no lo has escuchado antes te lo digo ahora: tú y sólo tú, eres creador de tu realidad. Creas tu realidad en función de tus pensamientos, emociones, palabras y acciones. Cada una de tus actitudes y elecciones demuestra lo que crees de ti y del mundo, y lo que crees, lo creas. Si crees que vas a ser rechazado, te van a rechazar, si crees que te van a engañar, te saldrán un par de cuernos, y si crees que no eres suficiente, la vida te dará pruebas de ello por todos lados.
La verdad es que tú eres todo lo que existe y fuera de ti no hay nada; tú eres el universo y todo lo que existe a tu alrededor está ahí para reflejarte las partes de ti que no has querido reconocer. El rechazo, el abandono o la crítica de los demás son reflejo de las formas en que te rechazas, te abandonas o criticas a ti mismo cada vez que eliges la felicidad de los demás por encima de la tuya. No hay nada en el mundo que no sea producto y reflejo de lo que tú estás creyendo y haciendo contigo mismo. Y si todo lo que sucede en tu vida es un reflejo de lo que está sucediendo en ti, ¿qué tal que lo único que requieres para ser más seguro de ti es cambiar tu percepción de ti mismo? ¿qué tal que lo único que necesitas para cambiar al mundo es cambiarte a ti? Pues bien, para cambiarte a ti lo primero que tienes que hacer es bajar tus barreras.
Cierra los ojos e imagina que estás rodeado por una serie de energías densas, pesadas e impenetrables. Ahora, imagina que esas barreras/energías empiezan a caer o a deshacerse lentamente. Cuando todas las barreras hayan caído, imagina que tu energía (una burbuja de energía a tu alrededor) se expande como un globo hasta abarcar al universo entero. Desde ese estado de vulnerabilidad y expansión, pregúntate: “¿qué o quién quiero ser ahora que nunca me he permitido ser?”, “¿qué efecto y qué impacto quiero tener ahora en el mundo?”.
No busques respuestas lógicas, sólo percibe la energía y las emociones que estas preguntas hacen surgir en ti. ¿Lo tienes? Ahora sal al mundo y crea tu realidad conscientemente (elige tus pensamientos, emociones, palabras y acciones en función de lo que realmente quieres ser y crear en el mundo). Sí, es probable que te sigan juzgando y criticando, pero si mantienes tus barreras abajo y tu consciencia arriba, podrás recordar que tú eres el creador de tu realidad y que, cualquier forma de rechazo, juicio, abandono, carencia o desamor, puede convertirse ahora en una oportunidad para sanar todo eso en ti y que, en la medida en que reconozcas que eso es tan sólo un reflejo de lo que tú crees de ti, estarás transformando tu realidad.
¿Qué o quién eres realmente que no estás reconociendo, que si lo reconocieras, podrías cambiar completamente tu realidad? Cuéntame cuál es tu mayor miedo o inseguridad y te mostraré en dónde está tu fortaleza.
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