¿Te has detenido a pensar en cuántas cosas no estás agradeciendo en tu vida y porqué? ¿Cuántos logros, cuántas celebraciones, cuántas muestras de cariño, cuántos atardeceres y cuántos nuevos amaneceres y nuevas oportunidades has olvidado agradecer, que si los hubieras agradecido, se hubieran multiplicado en tiempo y cantidad? Y ¿de cuántas cosas te quejas al día? ?¿cuántos fallos, errores, defectos y carencias encuentras a diario en ti y en todo lo que te rodea, que te mantienen recreando las mismas experiencias una y otra vez?
Si no estás agradeciendo y celebrando tu vida es porque la estás juzgando, porque estás enfocado en ver lo que no tienes, lo que no eres, lo que aún no es suficiente, lo que tiene que cambiar o suceder para que tú puedas ser feliz.
La gratitud no puede tener un espacio en tu vida cuando estás en juicio, cuando crees que la vida es algo que te sucede y no algo que tú mismo estás creando, cuando no reconoces las posibilidades infinitas que tienes para elegir tu propia felicidad a cada momento y cuando estás tan concentrado en ver lo negativo o en tratar de cambiarlo, que te olvidas de reconocer qué es lo que sí quieres.
Lo que no agradecemos lo vemos como algo negativo porque está cargado de puntos de vista, juicios, conclusiones y expectativas que nos impiden ver el regalo y la bendición escondidos detrás de ello. Cuando concluyes que algo es malo, no te permites recibir nada positivo de ello, porque tu misma creencia o conclusión sobre la negatividad, te impide percibir otra cosa.
Por difícil que sea reconocerlo, tú eres el creador de tu vida; en algún momento elegiste ciertos pensamientos, emociones, palabras o creencias que hicieron que el universo entero se conjugara para darte la experiencia de eso que estabas pensando, sintiendo o hablando, es decir, el universo te dio esa misma vibración de enojo, de queja, de insuficiencia o frustración que tú mismo estabas eligiendo ser.
Todo lo que hay en tu vida, lo bueno y lo malo, todo es tu creación, y la buena noticia es que si tú eres el creador de ello, es porque en algún nivel de tu alma sabes que lo que estás creando, lo que estás eligiendo, es para tu mayor bien. El problema es que cuando sucede algo negativo en tu vida, prefieres no agradecerlo ni verlo como una bendición porque es más fácil creer que eres la víctima de lo que está sucediendo, en vez de reconocer que tú eres el creador de ello.
Y luego también está esta parte donde creas cosas hermosas, divertidas y abundantes y tampoco te reconoces como creador de todo eso; es probable que le agradezcas a Dios o al universo por ello, pero ¿realmente te detienes a agradecerte a ti mismo por permitirte recibir todas esas cosas maravillosas que has estado creando?¿qué sería lo peor que podría pasar si te permitieras agradecer absolutamente todo lo que sucede en tu vida?
Agradecer significa ver la gracia, ver la bendición, el regalo o la oportunidad de todo, absolutamente todo lo que eres y lo que estás viviendo, entonces, estar en constante estado de gratitud es estar en estado de gracia, ese estado del ser en el que todo lo que quieres llega a ti con total facilidad, gozo y sincronía. Cuando estás en estado de gracia reconoces que todo lo que hay y todo lo que existe es una invitación a tomar consciencia, de manera que hasta una enfermedad, una difícil situación económica, un duelo o una separación, se convierten en una oportunidad para volver a elegir lo que realmente quieres, para encontrar las elecciones y los aprendizajes, para reconocerte como alguien que merece ser, hacer, tener y experimentar más.
Ser agradecido no se trata de buscar motivos o razones para sentir gratitud, se trata de vivir siendo y vibrando la energía de la gratitud, de la permisión y el aprecio por todo lo que eres y por todo lo que has creado y, desde esa energía de apreciación y gozo por todo lo que eres y lo que hay, crear la realidad que realmente quieres.
Déjame explicarte 3 grandes beneficios de ser agradecido:
1. Ser agradecido significa estar en permisión de todo lo que la vida te pone enfrente; es permitir que la vida te ponga cualquier situación, cosa o persona en tu vida y apreciar el regalo y la oportunidad que eso que la vida te trajo puede representar para ti. Cuando estás en permisión y apreciación de la vida, lo que sucede es que lo que estabas resistiendo, lo que no te gustaba y aquello con lo que estabas luchando, empieza a desaparecer porque tú empiezas a vibrar en la frecuencia que le permita cambiar. Si agradeces, si permites y aprecias lo que hay, la vida te dará más cosas que agradecer.
2. Cuando agradeces estás reconociendo todo lo que sí hay, lo que sí quieres, lo que sí eres y lo que sí puedes hacer o elegir; ser agradecido significa reconocer las posibilidades infinitas en cada momento y situación y cuando eres capaz de percibir y reconocer las posibilidades, el universo empieza a mostrártelas de forma fácil, divertida y sincrónica.
3. Cuando agradeces por adelantado aquello que quieres manifestar, aquello que quieres ser, hacer o tener, aún cuando no tengas la certeza de que eso va a suceder, aún cuando no tengas pruebas físicas de que eso que quieres viene en camino, si tú lo agradeces por adelantado, sintiendo la emoción y la alegría de lo que sería tener eso que quieres, te estás convirtiendo en la energía y vibrando en la frecuencia que permita que eso que quieres, suceda con mayor facilidad.
La gratitud es una de las herramientas de manifestación más poderosas que existen, primero, porque cuando agradeces lo que si te gusta y lo que si quieres, la vida te da más de eso; segundo, porque cuando agradeces lo que no te gusta y lo que no quieres, estás reconociendo que hay otras posibilidades, otras elecciones, y la vida te las pone enfrente para que las elijas; y tercero, porque cuando agradeces las cosas que aún no han sucedido o que aún no tienes, estás abriendo el camino para que el universo las traiga a tu vida.
Así que, no importa lo que estés viviendo en este momento, tú sólo di “no sé por qué, pero gracias universo, y ¿qué más es posible ahora?”. Agradécelo todo, permite que todo sea lo que es y recuerda que, en la medida en que agradeces, en esa medida estás reconociendo quién eres y todo lo que eres capaz de crear.
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